Del 3 al 8 de octubre
Llegué el 3 de octubre en la mañana a Lima, y me dio la bienvenida Lou, una amiga de mi hermano. Caminé todo el día por el centro histórico.
El día siguiente, fui a la Punta, otro barrio de Lima, al lado del mar.
No me quedé más en Lima. Varios lugares la hacen una ciudad bonita, pero parece bastante desorganizada y con mucho tráfico, es difícil moverse de un lado para otro.el miércoles 4 en la noche, tomé un bus para Arequipa, al sur del país. Llegando, caminé por la ciudad, es bastante bonita.
El día siguiente, salí temprano (3 de la mañana) para el cañón del Colca. Es el segundo cañón mas profundo del mundo, con 3,400m a lo más profundo. Para ir, fui a una agencia de viajes, pero en vez de tomar un tour solo compré el transporte. El bus paró a un lugar llamado Cruz del Cóndor, donde se pueden observar cóndores volando.
Me sorprendió la cantidad de turistas, y entendí que ya había llegado al sur del Perú, más turístico que la mayoría de lugares que había visitado… No me gusta tanto esta parte.
El bus siguió a hasta Cabanaconde, la ciudad de donde salen los treks en el cañón. En el bus, hablé con un israelita que había reservado un tour con guía, pero finalmente decidió juntarse conmigo y hacerlo solos. Salimos a las 10 de la mañana, hacia un pueblo llamado Llahuar, con piscinas de agua caliente. El pueblo está en el fondo del cañón, entonces la mayoría fue bajada ese día.
Después de una pausa para almorzar al lado de géisers (no muy impresionantes, pero todavía: agua hirviendo saliendo del suelo), llegamos en la tarde a Llahuar, y disfrutamos de las piscinas calientes.
El día siguiente, caminamos por la mañana hasta otro pueblo del cañón, San Juan de Chuccho, y disfrutamos de vistas hermosas sobre el cañón. Los paisajes son realmente lindos.
Llegamos a San Juan después de 3h30 en vez de las 6h que nos habían dicho, entonces decidimos caminar un poco más, y subimos a Cabanaconde en la tarde.
El día siguiente, regresamos a Arequipa con una pareja de franceses que habíamos encontrado en el cañón, en el coche que habían rentado. Pudimos parar en camino para ver los paisajes y sus habitantes: llamas, aplacas y vicuñas.
De vuelta a Arequipa, visitamos el impresionante Monasterio de Santa Catalina, el convento más grande del mundo. Toma una cuadra entera en la ciudad, y adentro tiene calles entre los diferentes lugares.
Luego, tomamos un bus de noche para la ciudad de Cusco. Les cuento esto la próxima vez!